Existe un lugar
que tocas
y rompes
que se llama
"Claris"
y que se quiere
mucho.
La quisieron
la abuela Cefita
y su leche
frita;
la quiso
mi abuelo Manuel
y los colores
que me enseñó.
La quiero yo,
Clara,
porque me acerca
a mí (magia)
y me hace entender
de estrellas
y bizcochos amarillos
calientes
en días nublados.
"Claris" es de cristal
tallado y sin tallar,
brilla y se hace opaca
a pocos,
si duele.
"Claris" aparece
y desaparece
pero siempre
está.
Es la que entendió
su delfín
y te lo dijo.
No quiero llorar
más
cuando "Claris"
se rompe.
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